Todos llevamos una chispa de LUZ en nuestro interior. Podemos desconectarnos y dejarla apagarse, o cuidarla y alimentarla para que ilumine y de calor en el camino.
Hay gente que nos ayuda a conservar y hacer crecer esa luz única que cada persona tiene. No seas de los que descuidan su luz interior o de los que apagan la luz de los demás con desprecio y frialdad. camina cuidando tu chispa de LUZ, tu chispa de VIDA, reflejo de Dios en ti. Saca lo mejor que tienes dentro: tu bondad, ternura, alegría, creatividad, paciencia, fortaleza, capacidad de acogida,… Y aliméntalo con la amistad y el cariño, con el servicio y el cuidado de los otros, con la música, el deporte, el arte, la lectura, la naturaleza, el amor, la risa,…
Cuida la chispa de VIDA que hay en ti.