El pasado 2 de septiembre hizo ya un año desde que Isá Solá, religiosa de JM, entregó su vida en Haití.
Vida y muerte, se entrecruzan y nos hablan de esa invitación tan evangélica a dar la vida, a gastarla por los demás, a ser valientes y no guardarnos nada, a darlo todo y recordar que lo único que importa es el AMOR.
“Si el grano de trigo no cae en tierra y muere no da fruto”… (Jn 12,24)
Desde ese duro golpe mucha es la VIDA que ha brotado, mucha la gente que se ha sentido tocada por dentro y con deseo de ayudar y hacer de su vida algo mejor…
GRACIAS Señor por la vida de Isa.
Por la suerte de haberla tenido de compañera de camino en Jesús-María, y que el recuerdo de su sonrisa y su corazón apasionado nos empuje a vivir con hondura y valentía.
Queremos hacer presente en este pequeño rincón, a tanta gente apasionada, anónima, valiente y generosa que da su vida por los que menos tienen…
LA TERNURA CAMBIA el MUNDO