Y después de un tiempo largo de vernos a través de la pantalla, por fin volvimos al encuentro presencial que tanto echábamos de menos.
Ha sido un fin de semana donde poder volver a saborear la alegría del encuentro, ver que los jóvenes están muy vivos, con muchas ganas de compartir lo mejor que llevan dentro y poder ofrecer algo al mundo de hoy.
Teniendo en cuenta los tres ejes que sostienen la Red de Jóvenes JM (crecimiento personal, compromiso con el mundo y conocimiento personal de Dios), se propusieron diferentes espacios a lo largo del fin de semana para ahondar en ellos.
Dedicamos una buena parte del sábado a orar, conectar con nosotros mismos y a poner nombre a cómo estábamos por dentro. Vivimos en un mundo frenético que con frecuencia no nos permite ser conscientes de lo que estamos viviendo. Para muchos fue un espacio de agradecimiento y hondura.
Posteriormente profundizamos en cada uno de los talentos que Dios ha puesto en nosotros y lo que hacemos con cada uno ellos. Se pudo palpar el deseo de todos de compartir lo que somos y lo que tenemos al servicio de los otros, cayendo en la cuenta de lo que verdaderamente es importante y nos provoca alegría honda.
Por la tarde aprovechando los espacios que Madrid nos ofrece, nos fuimos al parque del Retiro e hicimos actividades lúdicas que favorecieron la risa, el buen humor y el estrechar relaciones.
La mañana de domingo fue un momento para elegir a los nuevos representantes de la Red y para buscar juntos nuevas maneras de estar y actuar en las ciudades donde cada uno se encuentra, para alentar a otros y dar a conocer la red.
Finalmente terminamos con la eucaristía, donde pudimos dar gracias y ser enviados como enlaces y referentes que continúan tejiendo la red allá donde van.